sábado, 10 de abril de 2010

Mis recuerdos: El viento en los sauces

Hace unos días volví a ver en un canal infantil la obra de Kenneth Grahame que, puedo afirmar, marcó profundamente mi infancia, El Viento en los Sauces. Al igual que en aquel verano de 1983 o 1984, cuando ví por primera vez en televisión la película, quedé fascinada por la obra de arte que nacía en 1908, como mi abuela. Kenneth Grahame lo escribió para su hijo, no con fines comerciales, sino para complacer los deseos de su pequeño hijo, qué ternura...


Recuerdo que mi hermano grabó la serie en nuestro vídeo VHS y , poníamos una y otra vez la película de "Topi", como nosotros la llamábamos,siempre que teníamos un rato libre. Tras deshacernos de aquel vídeo nunca volvimos a ver más nuestra película favorita, pues la versión de la que hablo no tengo constancia de que la emitieran de nuevo. Es una versión en la que los animales son como muñecos, se llama "stop-motion animated" y está muy lograda. El vestuario de los animales es muy fiel a la realidad de la moda de la época, muy cuidado, así como la ambientación en general de las casas, los utensilios que utilizan,recuerdo especialmente las tazas del té, la cesta de pic-nic, las botellas de refresco, el muslo de pollo que comían a orilla del río Rati y Topi...Estas Navidades encontré un DVD con la película en inglés y se lo regalé a mi hermano. Cuando vimos de nuevo aquellas imágenes y escuchamos la música de nuestra infancia, no pudimos menos que sonreir completamente emocionados.

Esta obra tan prodigiosa ha llegado hasta nuestros días conservando su esencia, la que me cautivó a mí personalmente entonces y que me sirve para evadirme de la vida cotidiana,repleta de responsabilidades y preocupaciones. Los personajes del cuento, varios animales, viven plácidamente en el campo, en perfecta armonía con la naturaleza, el Señor Rata a orillas del río, el señor Tejón en el frondoso bosque, el Sapo en su mansión... Sienten que la amistad es la esencia de la vida, y viven sin demasiados problemas aparentes. Son personajes que disfrutan de la buena comida, de una buena compañía...y su tranquilidad sólo se quiebra con la alegría desbordada y la locura del Sapo, simpático, egoísta, vividor...


A caballo entre la época victoriana y eduarniana comparten protagonismo varios cuentos que son tan fascinantes como perdurables en el tiempo, Alicia en el País de las Maravillas, Peter Pan, El Viento en los Sauces, los cuentos de Beattrix Potter, obras de la literatura inglesa que me hacen soñar e impulsan mi imaginación.